20 de mayo de 2014

✍ Alberto Olmedo: Poesía de un payaso

  • Pin It
Alberto Olmedo, Capitán Piluso caricatura de Sebastián Velásquez

El "payaso triste" es una binomio frecuentemente utilizado en la literatura y poesía circense. Ya lo hizo el escritor uruguayo, al cristalizarlo en el sutil gesto de "Esa boca", mucho antes ya lo había diagnosticado firmemente Juan de Dios Peza al Reír llorando. Otros escritores han desmentido dicha conexión y etiquetado de imbécil a los que la promulgan.

Quizás la idea de juntar la risa y la tristeza sea algo que cae de maduro debido al contraste de las imágenes. Y quizás sea por eso hasta se ha transformado en un estereotipo, al cual los escritores llegan pensando que han sido sumamente originales. Quizás sea cierto y simplemente refleje una realidad personal. Como lector poético no me interesan las certezas, disfruto abrazar la incertidumbre y callar de una cachetada al lector analítico. He dicho.

Sin más preámbulos unos versos de uno de nuestros más queridos payasos, el capocómico rosarino, el celestial Alberto Orlando, o conocido cariñosamente como el Negro Olmedo. Adianchi, adianchi:




Poesía de un payaso

De un ataque al corazón
esta tarde se murió un payaso.
Lo mas divertido del caso
que mientras su cuerpo estaba inerte,
la gente aplaudía y aplaudía,
al mismo tiempo pedía
qué él repitiera su muerte.

Es al payaso en esta vida
a quién Dios lo destinó a sufrir,
pues tiene que hacerte reír
aunque tenga su alma herida.

Con mi sonrisa fingida tengo
penas que ocultar,
más si yo, el payaso, pudiera hablar
y contar mis amarguras
hasta las almas más duras podrían conmigo llorar.

Al ver mi cara pintada
todos ríen con placer
sin llegar a comprender
que mi vida es desgraciada

si lanzo una carcajada
todos creen que es de alegría
más no comprenden que la suerte impida
que más riendo estoy,
es un paso más que doy
en pos de mi tumba fría.

No pidáis que me ría
que de mi propia risa me espanto,
he reído tantas carcajadas de dolor
en este mundo traidor.

Me han enseñado a reír con llanto
y llorar con carcajadas.
Mañana cuando el payaso muera
todos lo echarán al olvido
más de mi que te has reído
nunca mas te acordarás
como música pasajera
que viene y se va.
Por eso público querido
usted que me ha brindado su aplauso
que me llena de gozo,
el último aplauso te pido y quedarme satisfecho
poniéndolo en tu carne y
llevándolo en nuestro pecho
como dos payasos bien agradecidos.



  • Pin It